miércoles, 25 de julio de 2012

¡Soy más!

 Tener alas y alzar el vuelo, sentirme libre y el viento en mi pelo. Cuantas veces no se sueñan cosas imposibles, que aun sabiendo que no se pueden realizar las anhelas hasta no poder más. Tengo muchas cosas que desearía cumplir, pero no veo muy claro el camino que debería seguir y eso lo hace mucho más difícil. 
Qué hacer cuando quieres algo, pero ese algo no sabes si será bueno para ti.

Veo las cosas desde mi punto de vista, no me importa lo que pueda pensar la gente ni lo que pueda llegar a decir, solo me importo yo misma. Sigo viviendo en mi mundo, donde todo es como yo quiero, pero eso normalmente hace que la gente se aleje de mi, cogiendo otro rumbo. No me importa la soledad no es tan mala compañera si sabes como llevarla y como tratarla. Pero eso no quiere decir que quiera estar sola, en mi mundo hay sitio para más gente, tal vez no lleguen a conocerlo todo, pero si pueden entrar en él. Tal vez mucha gente piense que no dejo que pasen, puede que sea así, pero yo no lo veo de ese modo. Simplemente a lo mejor no quieren adentrarse en él, ven algo que no les da ganas de hacerlo o simplemente ni les interese, quién sabe...

Me encuentro bien y eso es lo que realmente me importa, paso de lo que me rodea si no da algo a cambio, no me importa si no hace que pase algo en mi vida. Puede que pasen muchas cosas, que me incumban o que no pero yo siempre estoy aquí no tengo a donde ir.

Muchos pueden decir que mi vida es monótona o incluso aburrida, pero a mi me gusta, es mía y la vivo como a mi me de la gana. A veces me imagino que tengo cosas que en realidad no necesito, que vivo cosas que me gustaría vivir, pero no es verdad y tampoco me importa. Si no fuera así tal vez yo no sería la misma y eso no me gustaría.
Pocas personas pueden hacer algo de daño a mi mundo, bueno en realidad no creo que haya nadie, por que ya no veo las cosas como las veía antes. Se puede decir que ya no soy esa niña que se ilusionaba con nada, esa niña que espera cosas y que piensa en qué pasará. Pero tampoco es nada malo, que no lo vea de ese modo, de momento, no significa que en realidad no lo quiera o no lo sienta, que no pueda pasar; me engañaría a mi misma si dijera que no es así. No espero nada de nadie, solo veo las cosas pasar.


-Eres lo que tienes, así es la vida.
-Pues yo no tengo nada, ¿significa eso que soy "nada"?
-Sí, me temo que sí.
-No puede ser, no lo veo así. ¡Soy más, mucho más de lo que tus ojos pueden llegar a alcanzar a ver o incluso soñar!


jueves, 19 de julio de 2012

Mierda

¿Qué pasa conmigo? ¿Acaso soy masoquista? 
Ven a mi, quiero que todo esto acabe, no le encuentro sentido a algo que no lo tiene. 
Desaparecer sería lo correcto, pero no puedo.
Las mentiras duelen más cuando te las dices a ti misma. 
Y los secretos aun más cuando no los puedes contar. 
Quien me diga ahora mismo que el cielo es azul no le creeré. 
Que las cosas buenas salgan mal y las malas bien.
Perderme en la oscuridad sin encontrar la salida es lo que quiero. 
Que llegue lo que tenga que llegar, lo espero.
Como vivir si la vida es una mierda.
Como sonreír si la risa no llega.
Dime las palabras mágicas, mis oídos las esperan. 
Mirar las estrellas y no ser capaz de ver el universo. 
Hablar de sentimientos cuando no eres capaz de sentir.
Creer que eres bueno cuando en realidad eres el mismo Anticristo.
Observar sin ver nada de lo que te rodea. 
Creer cuando no se puede creer en nada ni en nadie. 
Pensar cuando no tienes sitio en la cabeza.
Intentar dormir cuando el sueño no llega. 
Hablar sin que salgan las palabras, sin saber expresarte.
Expresarse sin saber ni siquiera conjugar.
Llorar cuando no tienes fuerzas.
Pensar que dentro de poco todo se acaba. 

Te espero con los brazos abiertos, lo quieras o no, pero es así, lo siento... 

Impostores everywhere...

¿Qué pensar, qué decir cuando ves que todo en lo que creías y tenías no existe? Ves como se desvanece cual humo de un cigarrillo movido por el aire... sientes como una parte de ti cambia totalmente para no volver a resurgir de sus cenizas. Que ironía, lo tienes todo por delante, sin nada que perder, pero en realidad no es así todo desaparece sin ni siquiera dejar huella, como si nunca hubiera existido.
¿Pensar en un futuro? Já. Para mi eso ya no existe, no albergo esperanzas, se ha borrado de mi mente. Solo deseo poder dormir, que los pensamientos desaparezcan, que las mentiras se borren. 
¿Cómo puedes conocer algo si lo que ves no es realmente lo que es? Miope eso es lo que soy. 


No es peor el que engaña si no el que se cree los embustes, sabiendo que todo el mundo miente. Y aun así, cuando te das cuenta de que todo no era nada más que una burda película de ficción, duele. No es un dolor que te deje sin respiración, ni mucho menos, es un dolor a tu orgullo a tu persona. ¿Acaso se creen más listos que yo? ¿Qué ganan con eso? 


No escribo desde el rencor, ni mucho menos, pues en realidad sé que solo me puede hacer daño quien pueda no quien quiera, pero fastidia a un nivel que no sé muy bien como explicarlo. 
En realidad estoy curada de espantos, debería de saber ya cuando la gente me miente, cuando en realidad no me dicen la verdad... tantas veces... 


Forever Alone 

*-*

Si la muerte viene y pregunta por mí
haga el favor
de decirle que vuelva mañana
que todavía no he cancelado mis deudas
ni he terminado un poema
ni me he despedido de nadie
ni he ordenado mi ropa para el viaje
ni he llevado a su destino el encargo ajeno
ni he echado llave en mis gavetas
ni he dicho lo que debia decir a los amigos
ni he sentido el olor de la rosa que no ha nacido
ni he desenterrado mis raices
  ni he escrito una carta pendiente
que si siquiera me he lavado las manos
ni he conocido un hijo
ni he empredido caminatas en países desconocidos
ni conozco los siete velos del mar
ni la canción del marino
Si la muerte viniera
diga por favor que estoy entendido
y que me haga una espera
que no he dado a mi novia ni un beso de despedida
que no he repartido mi mano con las de mi familia
ni he desempolvado los libros
ni he silbado la canción preferida
ni me he reconciliado con los enemigos
dígale que no he probado el suicidio
ni he visto libre a mi gente
dígale si viene que vuelva mañana
que no es que la tema pero si siquiera
he empezado a andar el camino

lunes, 16 de julio de 2012

Secretos...

Nada que decir, mucho que contar, pero no encuentro las palabras.


El sueño no llega, por mas que lo busco no lo encuentro, pero a veces pienso ¿por qué dormir para soñar si con lo que tengo es suficiente?
Para que sirven los sueños me pregunto, lo único que hace es darnos a entender cosas que no podemos tener por que si lo tuviéramos no soñaríamos con ello.  Realmente no me preocupa, puedo soñar, cosas bonitas o las más oscuras, pero eso no cambia mi vida seguirá su curso como si nada. Solo puedes luchar por lo que quieres, por lo que tienes o intentas conseguir, no hay más.


Debo admitir que muchas veces el pensamiento de rendirme me acosa, en demasiadas cosas, en momentos que sé que serán cosas que anhelo y me harán bien, no solo a mi. Pero no lo permito, por que no lo quiero. Quiero que mi vida sea tal y como es, y que siga su rumbo hacia donde tenga que ir, no hay más. 


Pensarlo, cada cual tiene lo que merece, lo que se gana por si mismo, solo hay que saber como hacerlo, y yo quiero conseguir muchas cosas. Cosas que están en mi mente y que seguramente no comparta con nadie. ¿Secretos? No. No creo que lo sean por que no los comparto con nadie al fin y al cabo pienso que lo son si alguien puede llegar a desvelarlos, pero la única sabedora de la verdad soy yo, la persona que está ahora mismo escribiendo esto. 


Los secretos no siempre tienen que ser malos, simplemente son algo que nos guardamos para nosotros mismos.  

jueves, 12 de julio de 2012

Luz

Bueno hoy es uno de esos tantos días que no puedo dormir, ¿por qué será? Siento que tengo muchas cosas que dar al igual que recibir, cosas que seguramente estén rebosantes de luz propia y que signifiquen más que cualquier cosa física. Son situaciones difíciles cuando lo que quieres dar no puede ser recibido, cuando lo que quieres tener no puede llegar a ti. Pero no por eso voy a derrumbarme, ni mucho menos, pienso aprovecharlo al cien por cien sin dejarlo escapar. Alguien me dijo una vez "Quien no arriesga, no gana" y que razón tenía. Desde ese día digamos que esa frase se ha convertido en mi ley de vida, si quieres algo debes ir a por ello pues si esperas a que vaya a ti puede que nunca llegue. 
Y seguramente pensaréis: No es tan fácil... 
Pues realmente sí que lo es, sé que cuesta dejar tus miedos y temores atrás, recuerdos y pesadillas, pero si realmente lo quieres búscalo, el NO ya lo tienes. No tienes nada que perder y si en el caso de que pierdas algo es que realmente no tenía que formar parte de tu vida. No hablo del destino, ni mucho menos, pues esa palabra en mi mente no tiene ningún significado más allá del camino. No creo que todo esté "escrito" pues si realmente fuera así, cruel sería la persona que lo escribió. 
Al escribir estas palabras me siento bien, el verlas reflejadas en algo más que no sea mi propia mente hace que lo vea realidad, que se me quite un peso de encima. Necesito compartir lo que me pasa, mis penas, mis alegrías, mis triunfos y mis derrotas. Da igual lo que la gente que pueda llegar a leer esto piense, solo importa lo que pienso yo, en mi mente solo hay cavidad para una persona. Bueno en realidad puede que para alguna más que no hace nada más que aparecer; si cierro los ojos ahí está, cuando me despierto aparece, me voy a dormir: es lo último que veo...


Pero aún cuando irrumpen en mi mente de esa forma, en mi mundo, no me siento mal, todo lo contrario quiero que este ahí que se quede y no desaparezca. 


Estos son mis pensamientos ahora mismo, quién sabe dentro de un día o dos puede que todo haya cambiado, pero sinceramente espero que no.


La oscuridad no existe, lo que llamamos oscuridad es la luz que no vemos.
*-*

miércoles, 11 de julio de 2012

Me gusta

Se acabó, ya nada malo ocupa mi mente, me siento bien como cuando te levantas y sabes que en ese día nada puede salir mal. Ahora mismo echo de menos ciertas cosas, pero sé que tarde o temprano las tendré, las cosas deprisa y corriendo a veces no salen bien. 
Tengo ganas de sentir, de reír y ver el lado positivo de todo, tal vez me deprima alguna vez pero es cierto que siempre acabo superándolo, soy fuerte. 
La alegría, según dicen, viene y va pero cuando la sientes en lo más profundo piensas que nunca terminará que nunca se marchará. Así me siento ahora mismo. ¿Por qué? Muchas cosas podrían ser las causantes, pero sobretodo una en especial. No hace falta nombrarla, yo lo sé y con eso me basta. Lo necesito en mi vida y haré que no desaparezca, pues de lo que si estoy segura es que no quiero volver a ser la de antes. 
¡Ay! qué bien te sientes cuando estás así, ¿no lo has sentido nunca?
Delirios, delirios y delirios...

Los malos pensamientos te quitan el sueño, pero los buenos también lo hacen, aquí estoy sin poder dormir por todas las cosas que rondan en mi mente. Libre de preocupaciones y cargas, pero me siento exhausta. 

Aún estando tan feliz como estoy ahora, no puedo compartirlo nada más que con estas simples palabras, no sale de mi explicarlo de modo que alguien lo pueda entender. Tal vez sea que en realidad no lo quiero contar, ¿miedo? quién sabe... yo no. 

Pero el miedo no oscurece mi realidad, la felicidad, ni la anteriormente nombrada bomba atómica podría destruir mi mundo en estos momentos. Solo alguien o algo podría y tengo la sensación de que eso no ocurrirá, todos nos podemos equivocar... espero que en este caso no sea así.


Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias. John Locke 

martes, 10 de julio de 2012

¿Dónde estás?

El mundo con tantas personas que lo habitan, tantas mentes incomprensibles para mi, tantas almas. Millones de personas que viven sus vidas, cada cual a su manera, unos teniendo más y otros menos. Pero ya no sólo me refiero a bienes gananciales, riquezas, oro... si no a la persona en sí, sus personalidades tan pintorescas, tan diferentes unas de otras y a la vez tan iguales. ¿Por qué el ser humano no acepta la soledad? ¿Acaso no somos seres superiores? Podemos viajar al espacio, crear vida de la nada, pero sin embargo no podemos estar solos. Somos débiles a las manos de cualquiera, se nos puede manejar y cohibir hasta el punto de olvidar quienes somos en realidad, ocultando nuestros pensamientos en el recoveco más oscuro de nuestra ínfima mente. Sí, habéis leído bien, nuestra mente inferior, por que pudiendo hacer todas las cosas de las que somos capaces nos empeñamos en destruirnos, destruir todo lo que nos rodea es como si nos hiciera felices. Pero yo me pregunto ¿realmente merece la pena? 


No me importa, he llegado a la conclusión de que es mi manera de pensar, mi forma de ser y no lo puedo cambiar. Alguien me ha dicho que la oscuridad no es un buen camino para mi, lo sé y por eso no quiero sumirme en las tinieblas. Sé que soy fuerte, que puedo con ello y mucho más pero realmente siento que necesito ayuda, palabras que me hagan ver que en realidad no soy uno más. Como cuando paseas por la calle sin prestar atención a nada, pasando inadvertido sin importarle a nadie, notando que no se clavan las miradas en ti. 


Pero lo más importante, nunca se está solo o por lo menos literalmente, por que siempre te tendrás a ti mismo cuando las personas te fallen, cuando brillen por su ausencia. Siempre puedes escoger entre todos los caminos que te da la vida, simplemente debes saber elegir lo mejor para ti ¿y para los demás? Pienso que a veces para ser capaces de sobrevivir hay que ser egoístas, las personas van y vienen, pero tú siempre serás el mismo. 


Mi conclusión de todo esto, es que la soledad es la mejor compañera, nadie te daña ni te miente ni te puede hacer sombra, solo tú decides. Espero hacerlo bien, rezar por mi.






La vida es una cámara de tortura, de la cual solo saldremos muertos. 
Mi vida: río de sensaciones, carretera con curvas y resaltos, pero mi vida sin lugar a dudas es una incansable amiga, que se va cuando ya nada más te puede pasar...

lunes, 9 de julio de 2012

¿Qué quieres?

Hay muchas veces que no sabes realmente como te sientes, momentos que crees que necesitas algo o a alguien cuando en realidad no es así. Me considero una persona totalmente independiente, sin necesidad de tener a nadie a mi lado, pero lo quiera o no lo que dice mi mente no es lo que quiere mi corazón. 
Pero, ¿cómo fiarte de las perdonas cuando sabes que todo el mundo miente? ¿Cómo saber quién es realmente tu amigo? Pienso que se pueden demostrar cosas, rasgos y detalles que se observan si eres listo, pero... si te ciegas nunca podrás ver la verdad. 

¿Por qué a mi? Solo quiero estar tranquila, dejar mi mente en blanco, pero no puedo... aparece una y otra vez sin que yo lo pueda evitar...

Confianza, confianza, confianza... ¿existe? Yo no sería capaz de contarles mis más oscuros secretos a nadie... Imaginaos por un momento que soy una asesina en serie, ¿serviría la confianza o en cambio aparecería la traición? Simples pensamientos que se asoman por mi mente, que no me dejan dormir y necesito compartirlos, loca podéis llamarme no me importa. ¿Acaso sois algo para mi? ¿me moriré por eso? No. 

Desaparece, vete sin decir nada, es mejor para todos... No sufrirás, no sufrirá ¿a qué esperas? Eres imbécil. 

Estoy desvariando, puede ser por las horas que son, puede ser por que simplemente soy así o puede ser por que de verdad esté perdiendo la cabeza. No lo sé y en realidad no me importa, dentro de mi mundo soy feliz. Un mundo que he creado yo y que solo yo puedo destruir. A veces me dan ganas de acabar con todo, lanzar una bomba atómica a mi mundo y dejar de ver la realidad, pero no soy capaz y no lo entiendo. Nada me ata y a la vez estoy presa, como en una cárcel sin barrotes... escapo pero siempre vuelvo como atraída por un imán. ¿Qué hacer? No tengo la respuesta... ¿la tienes tú?

Vive el momento, no lo malgastes... eres fuerte y puedes con ello. Pero no quiero, más bien no puedo y no me dejo a mi misma, no lo merezco.

No le encuentro sentido a nada en esta vida, ni creo que lo tenga. Pero no me importa, tampoco me quita el sueño... ¡MENTIRA! Sí que lo hace, si no ¿qué hago aquí? Lo necesito, lo quiero en mi vida, pero no puedo tenerlo, no me pertenece ni lo hará... 


Lo que esta noche ha muerto en esta habitación es el último vestigio en mí de lo que era humano...

lunes, 4 de junio de 2012

Osucidad, solo hay oscuridad.

Es una noche como otra cualquiera, pero algo entumecía todo mi cuerpo dejándome sin apenas aire al que agarrarme para respirar. Uno de esos momentos en los que sientes que pase lo que pase nada podrá sacarte de la tremenda oscuridad en donde te has metido. No tienes ganas de nada, ni siquiera de pensar pero por más que intentas evitarlo aparece en tu mente una y otra vez. Momentos por los que seguramente pasarás noches en vela, que te desgarrarán el alma y te dejarán sin fuerzas aparecen una y otra vez como una pelicula de miedo. 
Sabes que es lo que más te importa en esos momentos, cosas que no puedes tener pero que en realidad las necesitas más que a nada en el mundo.
Pero ahora mismo estaba sumida en mi propio averno viendo como mis objetivos se alejaban cada vez más de mi con una risa macábra pensando que seguramente núnca lo volvería a ver. Sentimientos a flor de piel más una mente perturbada por el pasado hacen que busque una explicación a todas las preguntas que rondan por tu mente. Aún sabiendo que lo que piensas no puede ser real lo sientes como si lo fuera haciendote pensar que eres el ser más despreciable que ha existido. Mi nombre es Ellen, y esta es mi historia.






1






17 de Marzo de 1776. Piemonte, Italia.


El sonido de los pájaros me había despertado como solía pasar cada mañana desde que tenía uso de razón, era como un día cualquiera lleno de un montón de cosas por hacer acompañada por la rutina. Después de haberme aseado, había ayudado a mi hermana pequeña Clara a vestirse y que se tomara el desayuno de avena como solía hacer para después dirigirme a la panadería que poseían mis padres con la intención de ayudarles como siempre. Por el camino seguía escuchando los rumores que la gente iba contando sin tón ni son en cada esquina sobre la nueva familia que se había instalado en lo alto de la colina. Una casa señorial se vislumbraba desde cualquier punto del pueblo luciendo imponente sobre culquier otra haciendo que las demás quedaran ridículas a su lado, ese era el nuevo hogar de la adinerada familia que tanto revuelo causaba en el pequeño pueblo. Miles de conjeturas salian de las bocas de todos los pueblerinos despertando en todos, menos en mi, un interés desmesurado desde mi punto de vista. ¿Qué mas daba quienes fueran los miembros de esa familia? Seguramente nosotros no les importaramos más que los nombres de sus pobres criados como solía pasar con ese tipo de gente. 
Según fue pasando el día y después de haber tenido que soportar con fingido interés lo que mis vecinos me contaban pude ir enterandome de muchas cosas sobre la popular familia. Constaba de 4 miembros, un matrimonio ya entrado en años y que todavía desconocía sus nombres, y sus dos hijos gemelos. Estos dos últimos eran el principal tema de conversación para las muchachas que estaban en poder de merecer pues al parecer era realmente apuestos, bastante altos con el pelo de un negro azabache que les llegaba a la altura de los hombros y unos ojos verdes realmente alentadores. Era cierto que núnca me había sentido atraída por ningún chico del pueblo pero siempre había pensado que demasiadas cosas importantes poblaban el mundo como para preocuparme por eso. No podía negar que la curiosidad de ver todo lo que la gente me había mencionado era superior a mis fuerzas como supongo que le pasará a todo ser humano, pero tampoco iba a hacer nada para comprobar si er cierto o no.


A la hora de la comida cerré la tienda asegurandome de que todo estubiera en orden como solía hacer y emprendí el camino a casa mientras el estómago me rugía imaginando que habría preparado mi madre de almuerzo. Pero lo que no podía esperar era lo que pasaría cuando llegara, mi padre estaba serio sentado en el gran comedor fumando de su pipa mientras esperaba mi llegada. Nada más observar su rostro pude ver que algo se avecinaba y estaba segura de que no era bueno para mi. Haciendome un gesto me indicó que me sentara en la butaca que estaba justo en frente de la suya mientras esbozaba una sonrisa que no era real, podía verlo en sus ojos pues la alegría no llegaba a ellos. Desde siempre había sabido reconocer cuando una persona mentía o simplemente ocultaba algo, en la familia solian llamarme la pequeña mentirosa pues estaban seguros de que si sabía todo eso era por que se me daba muy bien mentir. Me acerqué a la butaca y me senté apoyando toda la espalda en el respaldo con las manos cruzadas encima de las piernas, esperando. Antua, pues asi se llamaba mi padre, soltó una gran humareda por la boca mientras paladeaba el sabor del tabaco y se irguió en su asiento para tenerme más cerca.


-Te desposarás con uno de esos hermanos de los que tanto se habla, su padre está de acuerdo y nada de lo que digas podrá hacerme cambiar de opinión, ¿me has oído?.- Sus palabras fueron como un puñal que se clavaba en lo más profundo de mi ser, no era normal que mi padre me tratara de ese modo y mucho menos que me obligara a hacer algo que sabía que no quería, eso me dió que pensar que sus palabras ocultaban algo más que no quería que supira y mirandole a los ojos supe que era verdad.
-No pienso hacerlo, padre. Sabe que núnca he buscado eso, solo quiero afanarme en mis libros y mis asuntos, ya tendré tiempo de eso más adelante.- Hice el gesto de levantarme dando por concluida la conversación pero como era de esperar eso no iba a suceder. Alargando una mano me agarró por el brazo con demasiada fuerza haciendome retrocer y dejandome caer de nuevo en la butaca, su mirada estaba seria y triste a la vez que parecía que me suplicaba perdón con la mirada.
-Ellen no es una petición es una orden, se trata de una buena familia y han mostrado un interés extraordinario en que seas tú la que se case con uno de sus hijos. ¿Sabes el bien que eso haría al negocio, a nuestro nombre?- Le temblaba el bigote y una gota de sudor resbalaba desde su sien hasta llegar a la mejilla, no me dió apenas tiempo para que pudiera responder seguía con la mirada seria y cansada clavada en mi intentando poner autoridad. -El enlace será dentro de un mes exactamente les preocupa que te hagas demasiado mayor como para no poder darles descendencia. Ahora ve a la cocina, ayuda a tu madre y después vuelve a la tienda.-


Cuando entré en la cocina y vi el rostro de mi madre supe enseguida que había estado llorando, se cubrió el rostro con un paño y me hizo un gesto diciendome que no digera nada. Sabía que lo estaba pasando mal pero como siempre solía pasar la mujer no tenía ni voz ni voto y mucho menos en cosas así. La comida transcurrió en silencio pues nadie tenía ganas de mediar palabra, se acaba de romper una familia y todo el mundo se había dado cuenta, incluso la pequeña Clara no jugaba con la comida como solía hacer siempre, nos miraba preocupada pero sin decir nada. Intentando tranquilizarla un poco hice que una sonrisa apareciera en mi rostro pero era demasiado lista, sabía que algo pasaba y agachó la mirada. Nada más terminar de comer recogí la mesa y fregué los platos para luego dirigirme a la panadería de nuevo. Esta vez no hacia caso a las cosas que la gente pudiera ir diciendo no me interesaba lo más mínimo ensimismada en mis pensamientos y en lo que acaba de suceder. No recuerdo ni como llegué a la tienda ni el transcurso de la tarde pues las palabras de mi padre resonaban como bombas en mi mente haciendo imposible que pensara en nada más. Solo me dí cuenta de que ya era demasiado tarde y de que debía volver a casa cuando escuché pasar a los caballos de la guardia por delante de la tienda, al levantar la mirada pude ver que había oscurecido y ni un alma habitaba las calles. Me dí la vuelta para recoger mis cosas cuando la campana de encima de la puerta que avisaba de que un nuevo cliente había entrado repicó rompiendo el silencio.  
-Lo siento pero está cerrado...- Las palabras salieron de mi boca mientras me giraba hacia la persona que acaba de entrar. Me quedé deslumbrada al ver un apuesto jóven mirandome directamente con unos ojos grises como el cielo cuando se avecina la tormenta. Un escalofrío recorrió mi cuerpo entero desde la espina dorsal haciendo que todo el bello de mi cuerpo se erizara mientras sentía como mis mejillas se llenaban de sangre caliente volviendolas de un color rojo brillante. Era la persona más apuesta, elegante y con buen porte que había visto en mi vida; echándole un vistazo rápido pude ver que tenía unos dientes perfectamente alineados y blancos como la cal y unos rasgos que dejarían atrás a los del principe más apuesto de los cuentos. Su ropa era demasiado elegante, impoluta, como si se tratara realmente de alguien que pertence a la realeza. Sin darme tiempo a nada más el jóven esbozó una sonrisa y habló con una voz dulce y melodiosa.
-Mi nombre es Mateus, es un placer conocerla señorita. Pero no busco nada de lo que esta tienda me pueda ofrecer...- Me encontraba como hipnotizada ante su presencia con el corazón latiendome a mil revoluciones por minuto, cerré los ojos tan solo un segundo intentando relajarme, sus ojos se habían quedado grabados en mi retina y todavía podía verlos con claridad. Pero cuando los abrí ya no se encontraba donde estaba antes, estaba a menos de un palmo de mi, sentía su repiración y su aliento en mi cara. Caulquier persona en su sano juicio hubiera gritado, corrido o incluso le hubiera asestado un golpe, pero mi cuerpo no reaccionaba y mi cerebro no parecía estar en su lugar.
Ensanchando la sonrisa se acercó a mi mientras pude ver como unos afilados colmillos asomaban de su boca, con un movimiento demasiado rápido me agarró entre sus brazos inmovilizandome y acercó su boca a mi cuello lentamente sin que yo pudiera evitarlo. Sus labios fríos rozaron con mi piel como si se tratara de un dulce beso pero justo depués sentí como una punzada de dolor me nublaba la mente mientras ese ser se apoderaba de mi cuerpo sumergiendome en la mas terrible ocuridad.